Nuestro Estudio nunca tuvo una estructura que facilitara la intervención en concursos. De todas maneras, a lo largo de los años, algunas veces hemos participado en algunos, con suerte dispar, ciertamente cosechando más fracasos que éxitos. Quizás lo mas interesante de un concurso sea la tarea de imaginar un cliente, que en general no expresa de modo enfático sus deseos, como ocurre generalmente en nuestra profesión. Y el mayor peligro consiste en caer en la trampa de pensar que nuestras propuestas coincidirán indefectiblemente con las suyas. Pero durante el proceso hay siempre un momento en que así lo creemos. La falta de oposición es algo parecido a un abismo.