Aprovechando un sugestivo quiebre de la trama urbana, el edificio se eleva sobrio sobre un basamento de doble altura y un amplio frente. Unidades con generoso balcón y fachadas revestidas en ladrillo y hierro se insertan en el tradicional barrio de Recoleta. Una apuesta a lo clásico, pero sin referencias estilísticas trasnochadas.
En el bosque y frente al campo de golf, se destaca el emplazamiento oblicuo de esta casa, subrayado por las líneas horizontales. Una materialidad natural y cálida, con especial atención en su inserción en el paisaje. Construida en steel frame, y atenta a la sustentabilidad, la casa se eleva liviana sobre el terreno.
Construidas con una estructura metálica montada sobre un basamento comercial en hormigón armado, se levantan las cuatro torres, que conforman un conjunto que tiene gran visibilidad en el paisaje. Una imagen tecnológica donde el hierro es protagonista y que dinamiza una urbanización con gran futuro.
Dos torres en medio del bosque y con amplias vistas al mar. La volumetría asimila el retiro lateral irregular previsto por la normativa, del que resulta una simetría singular entre ambos edificios. La materialidad apuesta por el uso de la madera para darle calidez al conjunto.
50 casas que proponen un equilibrio entre el edificio y la vivienda particular, buscando las ventajas de ambas tipologías. La comodidad de un conjunto con servicios y el sentido de pertenencia de una casa propia. Un proyecto que apunta a establecer un modo de vida distinto y a convertirse en marca.
Invitados a un concurso por + Colonia, junto con BMA, realizamos este proyecto de creación de un cluster, destinado a una empresa del área del conocimiento, para resolver de un modo integral la vivienda, el trabajo y el esparcimiento, con una especial mirada al contacto con la naturaleza.
Invitados por + Colonia, Junto a BMA realizamos este proyecto para la creación de un cluster para una empresa del área del conocimiento, que resuelva de un modo integral la vivienda, el trabajo y el esparcimiento, con una especial mirada al contacto con la naturaleza.
Proyecto de condominios para + Colonia y Criba, que explota la extraordinaria situación del entorno frente al Río de la Plata, con acceso a las playas de arena, vegetación frondosa y una cantera de aguas cristalinas. Los edificios buscan mimetizarse y dialogar con el paisaje desde su materialidad.
Dos torres de altura media conectadas por su basamento social, en el cual se desarrollan las actividades comerciales, recreativas y de descanso. Los edificios, ejecutados con materiales cálidos, se elevan sobre el paisaje y se emplazan de manera de aprovechar las vistas hacia el entorno.
Urbano de características suburbanas, un anillo que ocupa casi la totalidad de la manzana, encerrando un espacio interior que se propone como el corazón verde del conjunto. El proyecto busca potenciar las situaciones particulares del emplazamiento con especial atención al paisaje interior del jardín.
Hotel y dos edificios residenciales, que se ubican frente al mar con un marcado compromiso con la comunidad de Costa del Este. Se propone la continuación de la Av. Costanera, con áreas públicas y un zócalo comercial para dialogar con la trama urbana existente, la playa y el médano.
Aprovechando una ubicación notable, como final del eje de la Av. Juan B. Justo, el proyecto se despliega en una curva continua que toma toda la esquina. La sucesión de las líneas de los balcones superpuestos conforma la imagen del edificio, que se expresa con simpleza y contundencia.
Proyectado junto con BMA, este edificio de oficinas desarrolla volúmenes en distinta altura que se adaptan a la volumetría del entorno. Unos elementos verticales y luminosos dispuestos alternadamente le agregan vivacidad a la fachada vidriada, dándole un aspecto cambiante a lo largo de las horas.
Situación particular que asemeja el edificio a una proa que se asoma en la mazana estrecha y cuya presencia se refuerza con la sucesión de curvas. Sobre la punta, el generoso voladizo deja suspendido el volumen, liberando espacio público que completa la propuesta urbana de este proyecto, elaborado junto con BMA Arquitectos.
Sucesión de placas horizontales suspendidas de hormigón, conforma un volumen de extrema simpleza que se inserta en un entorno algo caótico. El edificio emerge geométrico en su rígida propuesta formal y se eleva sobre los árboles de altura considerable, estableciendo un diálogo de opuestos.
La esquina como tema, esta vez afrontada con un delicado juego de volúmenes realizado en una materialidad homogénea, donde predominan las líneas rectas. El edificio aprovecha, además de su posición en la manzana, las vistas sobre el parque al otro lado de la avenida.
Una torre residencial y un hotel enclavados en el medio de la naturaleza conforman una propuesta de singular presencia en el paisaje. Lo ángulos curvos de la torre suavizan el volumen, mientras que la fachada vidriada del hotel sobre el frente refleja el entorno. Un nuevo perfil y una nueva marca en Tigre.
Dos placas que se disponen como un portal urbano, que conectan la ciudad con el río. En el medio de ambas, una plaza pública, con un particular diseño geométrico, que se repite en distintas partes y elementos del edificio para conformar un lenguaje propio. Las fachadas son diferenciadas de acuerdo con su posición relativa en el conjunto.
Un triángulo que copia los límites del lote y que libera en el interior una plaza pública. Una caja vidriada continua, matizada por elementos verticales que dibujan un ritmo similar a un diagrama de barras, alusión al carácter comercial del edificio. Por último, un paseo comercial que apuesta a revitalizar uno de los bordes olvidados de la ciudad.
Refuncionalización del antiguo Hospital Ferroviario (Lofts) al que se suma el edificio Studios, adosado, pero formalmente diferenciado del primero. El desafío de intervenir en una pieza arquitectónica de valor patrimonial y al mismo tiempo proponer un desarrollo inmobiliario viable en una de las zonas con mayor proyección de Buenos Aires.
La reconversión total de una de las primeras obras realizadas por el Estudio, en los años 80. Una nueva propuesta para una nueva realidad del cliente. Siempre es interesante revisitar lo realizado en el pasado.
Remodelar lo existente hasta casi borrar los vestigios originales, para responder a nuevas funciones y producir una espacialidad distinta. Una casa que mantiene su privacidad hacia el exterior y que se vuelca hacia un jardín interior.
Sencilla y despojada retícula de hormigón que unifica la fachada de un edificio entre medianeras en el medio de la cuadra. El primer edificio de una larga serie de obras que el Estudio realizó en el barrio de Palermo.
La construcción ocupa media manzana y repite formalmente un sistema de pórticos en sus tres caras. Se incorporan planos de color para conseguir una imagen informal, que a nuestro juicio guarda relación con el barrio. Un edificio que, pese a su volumen, se integra con su entorno de un dinamismo particular.
Retirada sobre uno de los laterales del terreno, la placa permite conservar dos casonas históricas del arquitecto Fermín Bereterbide, que se integran al conjunto como espacios comunes. Su remate conforma un pórtico que otorga prestancia al edificio que se recorta en el perfil urbano.
Bloques girados y simétricos entre sí, apoyados sobre un basamento de piedra, definen un espacio interior amplio y verde, que le da al conjunto un aire tranquilo, propio de un calificado suburbio. Las unidades tienen grandes terrazas que completan la propuesta que privilegia los espacios exteriores.
Doble frente sobre calles paralelas que definen edificios de tipologías distintas, entre medianeras uno y torre el otro. Sin embargo, estas diferencias se anulan formalmente, porque ambas tipologías tienen resoluciones similares. Un espacio verde común longitudinal vincula los edificios.
Dimensiones considerables para un volumen que se destaca en el perfil urbano en el borde de San Telmo. El edificio se trabajó en paños para disminuir su impacto. Un terreno generoso permitió desplegar una planta baja de gran amplitud, que alberga diferentes funciones y una pileta de importantes dimensiones.
Clásico edificio para el tradicional Barrio Norte que emula en clave moderna un aire francés. Materiales sobrios, detalles en travertino y madera en los halles, todo en la dirección de conformar una propuesta clásica, pero sin exageraciones nostálgicas.
Planimetría basada en el giro a 45 grados que garantiza la mejor conexión con el mar. Esa lógica se repite en el edificio, que se articula a partir de múltiples ochavas, evitando los ángulos rectos. El blanco, color típico de la arquitectura de contexto marítimo, es utilizado para enfatizar los pliegues que propone la volumetría.
Primer conjunto suburbano de la marca Quartier, que inauguró la media densidad en Nordelta. Bloques girados para dinamizar el espacio central donde se despliegan las áreas de esparcimiento. La materialidad se confía al ladrillo de suave color amarillo, lo que asegura textura y duración.
Torre urbana en la mitad del tejido que se intenta recomponer con un pórtico en planta baja. Volumetría sencilla que se expresa en un solo material, elección que busca sobriedad. El lote estrecho obliga a ubicar el esparcimiento en los pisos superiores y un toque de color en el remate alude al nombre del edificio.
Treinta pisos en el corazón de Las Cañitas para aprovechar desde las áreas comunes ubicadas en el remate las mejores vistas sobre el Campo de Polo y el río. Encargo ganado en un concurso cerrado por invitación, con un proyecto que desarrollamos junto con BMA Arquitectos.
Entre medianeras se recompone el tejido en un lote de frente extenso anteriormente ocupado por el Palacio de las Flores. Ladrillo, hierro y madera en la fachada, para proponer una estética atemporal que se inserte con comodidad en una zona de la ciudad conocida por el prestigio de sus edificios.
Diez bloques aterrazados se hunden en la pendiente del terreno que desciende hacia la playa. La premisa del proyecto fue la de mantener una vista despejada al mar para todas las unidades. Los edificios se esfuerzan por mimetizarse en el paisaje a través del uso de materiales naturales.
Ubicado en esquina, se toma a las alturas de los linderos a través de una compleja operación de completamiento de tejido. Las distintas alturas dan lugar a una particular volumetría. El dúplex ubicado en el último piso fue la sede del Estudio durante 17 años.
Encargo obtenido en un concurso privado junto con BMA Arquitectos, donde se dispusieron 4 bloques en forma de herradura sobre la playa. Una ubicación irrepetible que aprovechan unidades aterrazadas con amplias terrazas. El blanco elegido unifica el planteo formal y resalta la volumetría del conjunto.
El más pequeño de los Quartier hechos hasta el momento, y el único ubicado en Recoleta. Para su resolución nos inclinamos por una imagen moderna, sin referencias de estilo clásico, pero matizada por la elección del ladrillo, aunque en tonalidad gris. Una relectura que no rompe con las características de un barrio tradicional.
Sobre el golf, la barranca y el mar, tipologías distintas para una misma resolución formal, que se unifican a partir del uso del ladrillo, material de larga tradición en Mar del Plata. Se aprovechan las diferencias de nivel del terreno para las áreas de esparcimiento, que se completan en los pisos superiores con vistas al mar.
Tipología combinada sobre la avenida, que libera una esbelta torre en la esquina. El plano inclinado es el motivo presente en distintas partes del edificio, que culmina con un remate de perfil característico. Su ubicación emblemática justifica una búsqueda de individualidad, aunque sin estridencias.
Solitaria en el lote de una manzana, su posición define una apuesta por la axialidad a ultranza. La férrea simetría organiza la planimetría, mientras que en altura aparecen las variaciones a lo largo del fuste. Una insistencia en favor de la verticalidad se convierte en motivo y articula las fachadas.
Primero de la marca, unas torres gemelas que conservan en su forma la arquitectura propia de la época en que se proyectaron. Ladrillo y hormigón se disponen en una volumetría compacta, que culmina en un remate a cuatro aguas, que resulta característico y reconocible en el perfil de la ciudad.
Inicio del uso de la flexibilidad en unidades, de las que se ofrecían gran cantidad de opciones para cada una de ellas. El volumen de hormigón visto se expresa como un reticulado que de alguna forma alude al concepto de armado modular de la planta. Un camino que se convirtió en una de las características de la marca.
Placa y torre se disponen en un lote de doble frente, con uno de sus laterales abierto hacia el terraplén del ferrocarril. Distintas tipologías que dialogan entre sí, a partir de una síntesis formal, donde lo distinto se asimila a lo diverso. A esta conversación se suma un remate plástico que corona ambos edificios.
El loft más que una tipología fue en sus inicios una propuesta de un modo de habitar poco convencional. A partir de esa invitación muy propia de su tiempo, realizamos este proyecto, en el que el Estudio se sumó también al desarrollo. El ladrillo y el hierro eran opciones prácticamente ineludibles.
Sobre unos subsuelos ya construidos para otro emprendimiento, la torre se adaptó a lo existente con versatilidad. El remate que contiene áreas deportivas resultó en su momento una novedad y da lugar a una solución formal de gran impacto y que al mismo tiempo obedece a una estricta razón funcional.
Gemelos, pero no evidentes, los edificios se enfrentan con caras distintas, de manera que nunca ofrecen la misma fachada en ambas torres. Esta variedad se contradice en el remate, idéntico en su contundencia. Uno de los primeros proyectos en poblar el horizonte de Puerto Madero.
Departamentos de metraje generoso en una placa de escala controlada. La disposición de las unidades en ambos frentes permite una saludable asimetría en la fachada, donde dominan las terrazas. Una marquesina de hormigón visto que ocupa todo el frente le da continuidad al tejido.
Condominios para este barrio cerrado de Montevideo. Una búsqueda de incorporar la media densidad a partir de siete bloques dispuestos a lo largo de una línea quebrada.
Próximo al campo municipal de golf, en una esquina planteamos un edificio con una rica volumetría, materializado en ladrillo y amplias superficies vidriadas para aprovechar las vistas.
Propuesta de media densidad a través de condominios que se desarrollan en una sola línea, que acompaña el andar sinuoso de un arroyo de gran valor paisajístico.
Sobre la Costanera norte de Colonia, propusimos estas barras de altura diferente, enfocadas en aprovechar el río y la playa al otro lado de la avenida.
Propusimos que su forma recordara el fósil de una ballena, en una especia de referencia natural y de homenaje a los cetáceos, que son uno de los atractivos principales del sitio.
Núñez, sobre Libertador, dos torres de una volumetría abierta y creciente hacia el río, con superficies vidriadas combinadas con planos de hormigón.
Usos mixtos, dos edificios residenciales y espacios referidos a la música según una propuesta de la ciudad de Buenos Aires.
Losas de hormigón, ladrillo y hierro expresan sobriedad para un edificio en un barrio tradicional.
Zócalo de oficinas para alquiler temporario y unidades residenciales, una oferta inusual para Mar del Plata.
Dos torres gemelas residenciales emplazadas a 90 grados para optimizar las vistas al mar.
Para este terreno, vecino a Quartier del Bajo, propusimos una volumetría compleja en distintas alturas para adaptarnos a la irregularidad del lote.
Gemelas en paralelo, estricta geometría, vidrio y hormigón para uno de los últimos lotes en Puerto Madero.
Obtuvimos una mención con nuestra propuesta realizada junto con el Estudio Mazzinghi Sánchez.
Módulos de habitaciones dispersos en el parque más un pequeño edificio de espacios comunes, restaurante, terrazas y pileta, todo proyectado con el espíritu de la informalidad y el disfrute. Construido íntegramente en madera, con una imagen exterior blanca y techos azules, que reflejan el entorno natural en clave de playa y mar.