Hace ya algunos años que a la decoración se la comenzó a llamar interiorismo. Una palabra que jerarquiza un quehacer y le confiere un espesor, donde resuena lo espiritual. Pero, más allá de las cuestiones lingüísticas, no cabe duda de que con el tiempo el interiorismo se fue configurando como una profesión cercana y al mismo tiempo distinta de la arquitectura. Una reflexión que nace al visitar “Experiencia Living”, donde al menos nosotros como Estudio pudimos experimentar, nunca mejor usado el término, la transformación de los espacios por nosotros proyectados cuando irrumpe el interiorismo. Si la arquitectura es “el arte del espacio interior”, según la clásica definición de Bruno Zevi, cabe preguntarse qué sería para el maestro italiano el interiorismo.